Era un martes cualquiera, sobre medio día. De repente, un ruido atronador llamó la atención a todas las personas a 50 kilómetros de distancia. A continuación, le siguió otra tremenda explosión, venía del cielo, algo estaba cayendo a una velocidad enorme. Un meteorito de 40Kg caía en Olmedilla de Alarcón el 26 de febrero de 1929.
Los hoyos producidos por los diversos fragmentos tenían muy poca profundidad, a pesar de tratarse de un terreno de labor nada rocoso; el más hondo no superaba los 40 cm.
El meteorito de Olmedilla de Alarcón es una brecha regolítica con estructura clara-oscura. En el estudio micrográfico del mismo los olivinos presentan extinción escasa ondulatoria, fracturas irregulares y fracturas planas. Además, se advierten características de mosaicismo y deformación plana en algunos cristales.3Se observan vénulas y pequeños cóndrulos de hiperstena, mientras que la plagioclasa, siempre básica, no es muy abundante y no constituye nunca fenocristales.2
La densidad del meteorito es de 3,71 g/cm³. Su composición elemental consiste en un 36,92% de SiO2, un 23,59% de MgO, un 17,6% de Fe, un 9,39% de FeO y un 2,52% de Al2O3. Está clasificado como condrita H de tipo H5.